Ordenaciones sacerdotales
ORDENACIÓN SACERDOTAL
DIÓCESIS DE CHIQUINQUIRÁ
En Eucaristía presidida por S.E. Monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte, obispo de Chiquinquirá, en la Basílica Menor de Nuestra Señora de Moniquirá (Boyacá), se llevo a cabo la ordenación sacerdotal del Diácono Juan Pablo Martínez, ordenación diaconal de Manuel Ademir Castillo Sanabria y Ministerio del Lectorado de Wilmar Yesid Ramos Ramírez. Presentamos la Homilia de la Eucaristia y pedimos a Dios por sus bendiciones para el trabajo pastoral de los ordenados.
HOMILÍA ORDENACIÓN DE JUAN MARTÍNEZ MORALES
INTRODUCCIÓN
Para nuestra querida Diócesis Mariana de Colombia y desde nuestra Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Moniquirá, hoy es un día de bendición y de gracia, un diluvio del amor y la Misericordia de Dios que palpamos vivamente en la Ordenación Presbiteral del Diácono Juan Pablo Martínez Morales, la ordenación diaconal de Manuel Ademir Castillo Sanabria y el Ministerio del Lectorado de Wilmar Yesid Ramos Ramírez.
Este acontecimiento de gracia supera infinitamente nuestra naturaleza humana. La vocación al Sacerdocio es un misterio de elección divina. "No me han elegido Ustedes a Mí, sino que Yo los he elegido a Ustedes y los destinado para que vayan y den fruto y que su fruto permanezca para siempre" ( Jn 15,16). "Antes de haberte formado en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: Yo, profeta de las naciones te constituí" ( Jr.1,5). Por eso, cuando tenemos una celebración como esta, debemos hacerlo con mucha humildad, conscientes de que Dios "nos ha llamado a una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia" (2Tim 1,9).
EL SACERDOTE ES UN APASIONADO POR JESUCRISTO Y UN EXPERTO EN HUMANIDAD
Solo un enamorado de Cristo es capaz de seguirlo y anunciarlo a otros. La grandeza de nuestra vocación nace de una experiencia vital, entusiasta y alegre de quien se ha encontrado con Jesús de Nazareth.
El sacerdote es un hombre de apertura, sin miedos, ni rigideces al Espíritu - a ese Espíritu que es libre y creativo - , que es quien, en definitiva dirige la Iglesia y manifiesta su presencia misericordiosa en los dones sagrados del Sacerdocio, el Diaconado y el Lectorado y nos anima para seguir por las sendas del compromiso y la fidelidad para servir en la obra de la Evangelización del Pueblo de Dios.
EL SACERDOTE ES UN HOMBRE DE COMUNIÓN
Que vive en fidelidad a Dios y la comunión con su obispo y con sus hermanos en el sacerdocio. De igual manera, con su Pueblo, al que pastorea, acompañándolo, sirviéndolo y alentándolo en sus luchas y esperanzas, en sus pruebas y alegrías. El Sacerdote es el que está pendiente de su comunidad y la anima cuando es capaz de convocar, acercándose con sencillez a todos, acogiéndolos con misericordia, comprendiéndolos en sus problemas y esperanzas, animándolos en sus pruebas y sirviéndolos con disponibilidad y alegría.
El Papa Francisco ha dicho: "quiero Pastores con olor de oveja y sonrisa de Padre". Pastores que no sólo pretendan vestirse con la lana de sus ovejas, sino que anden apasionados por servirlas. Y el olor de oveja se pega cuando el Pastor está en medio de sus ovejas. Se le pega cuando pastorea a las ovejas en la cercanía y le recuerda que el pueblo al que conduce es el mismo del que fue sacado.
El Sacerdote es un hombre que trabaja desde el Espíritu y con la colaboración de todos, por una Iglesia que es más "tienda de campaña que una fortaleza, más servidora que Señora, más madre que maestra, más techo y hogar que un despacho burocrático donde se ofrecen servicios religiosos".
EL SACERDOTE CONFIGURA SU VIDA A LA IMAGEN DE JESÚS
La sencillez, la vida desinstalada, el talante modesto de Jesús y la opción preferencial por los pobres y los marginados configuraron la vida de Jesús. Esta misma disposición la encarna el sacerdote en su proceder / al estilo de Jesús pobre y humilde, Siervo y Servidor. Pobre ante el Padre, pobre ante los hombres, anuncia la Buena noticia de la Misericordia, la justicia, la reconciliación y la paz. Denuncia el atropello de los derechos humanos, la violencia, la injusticia y la corrupción. Lucha por la promoción de todos hombres y de todo el hombre y proclama su amor preferencial por los pobres. Construye una Iglesia pobre para los pobres y desde una vida pobre y modesta se hace portavoz de los que no tiene voz para que sus derechos sean respetados y reconocidos.
LAS CUALIDADES DEL SACERDOTE, EL DIÁCONO Y EL LECTOR A LA LUZ DE LAS EXIGENCIAS DE HOY.
Es un hombre de diálogo y escucha, porque es hombre de comunión eclesial. El diálogo es siempre la mejor medicina preventiva y curativa de tensiones y conflictos. Es un hombre de visión y de trabajo en equipo; con la creatividad del Espíritu y el corazón sencillo de Jesús. Tiende la mano como Yahvé que enseñó a caminar a Efraín, Tomándolo en sus brazos" (Os 11,3) y como Maestro que enseñaba, conversando por el Camino. Ejerce su autoridad como servicio ajeno a toda manera impositiva, desarrollando su capacidad de escuchar, educar y acompañar a las personas.
El Papa Francisco lo ha dicho gráficamente: los ministros del Señor deben ser hombres que no tengan la psicología de príncipes. Los evangelizadores deben ser hombres valientes para afrontar las incongruencias de todos, con alta capacidad para resolver problemas y tomar decisiones, competencia emocional, pionero en la informática, de actitudes proactivas, con un proyecto de vida personal y comunitario, persona afectiva y efectiva, con talento y talante, con asertividad y alta capacidad de adaptación.
El Señor Obispo y su Presbiterio expresamos nuestra sinceras felicitaciones a las familias Martínez Morales, Castillo Sanabria y Ramos Ramírez. Elevamos plegarias al Todopoderoso por el éxito en la Misión que Dios les ha confiado e imploramos la protección de Nuestra del Rosario de Moniquirá para que cuide de ellos a fin de que sean Ministros según el corazón de Dios.
Obispo de la Diócesis de Chiquinquirá
| Fecha:
30 de Noviembre de 2016 Lugar: Colombia Regresar |
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