Editorial
NO MAS FALSOS PLACERES!!
 
 La acedia egoísta
 
En una pared del centro de Pereira, desde hace un tiempo se ve un grafiti que dice "No más falsos placeres!" . En una ocasión de visita a la Red por tareas de reunión del Equipo teológico-pastoral, S. E. Monseñor Víctor Manuel Ochoa, actual obispo de Cúcuta, resaltó la importancia de este grafiti. Quiero referirme a lo que puede indicarnos el reclamo de un artista callejero de Pereira.

Si aceptamos que hay " falsos placeres ” es porque también reconocemos que hay " placeres verdaderos ”. Y bien podríamos preguntarnos: ¿cuáles son los unos y cuáles son los otros? 

Placer, en un sentido amplio, es la sensación de agrado y el sentimiento de satisfacción que acompaña una acción o situación de una persona, e implica no sólo los sentidos, sino también la afectividad, la espiritualidad y el sentido del gusto por la vida y por lo que se vive. Así, podemos entender que placer falso es aquel que en principio causa agrado y satisfacción, pero luego termina generando lo contrario: insatisfacción, amargura, frustración, y, por lo mismo, termina afectando negativamente a la persona que, si no sabe reaccionar o reponerse ante ese mal momento, va perdiendo carácter, firmeza en sus convicciones, autoestima, y puede conducirse hacia una desorientación generalizada en su vida, requiriendo una muy juiciosa y efectiva ayuda.

¡No más falsos placeres! bien puede ser la expresión de una sana conciencia colectiva que no quiere renunciar al derecho y la posibilidad de una vida digna, sana y feliz. Que esta haya aparecido en un escrito callejero es, por lo mismo, un buen signo de la capacidad de nuestra sociedad de reaccionar ante la comedia de los falsos placeres de hoy, los cuales los hay de todo tipo, hasta los "falsos placeres pastorales”, cuando se tiene euforia por una labor emprendida o unas acciones hechas, pero todo resulta ser un castillo de naipes o una religiosidad a la carta, sin arraigo en Cristo ni en la comunidad eclesial.

En el caso de la Iglesia, el Papa Francisco habla de una "acedia egoísta”, que él mismo define como un desencanto en la fe o una fe con desencanto, que se manifiesta por la ausencia misionera, una religiosidad intimista y una falta de compromiso apostólico. La Acedia es una tristeza por el bien, por los bienes últimos, es tristeza por el bien de Dios. Es una incapacidad de alegrarse con Dios y en Dios. En Evangelii Gaudium 2, el Papa precisa: "El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada” . Se trata de una falsa comodidad y de un superficial sentirse bien, aún desde la fe, al punto que el fruto es una vida apagada, desperdiciada.

No más falsos placeres! puede ser también un referente para asumir el tiempo de hoy como un tiempo de conversión, un tiempo de reacción frente a aquellas situaciones estructurales que están afectando nuestra moral y nuestra fe; puede ser una proclamación de que en ti, en mí, en nuestra sociedad, hay un brote de cosas nuevas para la dignidad de vida, para la plenitud, para la vida feliz. Es oportuno recordar que Jesucristo vino a hacerlo todo nuevo, y en su seguimiento los falsos placeres, que acorralan nuestra vida, van perdiendo su encanto.
 
 Pbro. Ovidio Giraldo 

 

Fecha: 28 de Julio de 2017
Lugar: Colombia
Regresar
Califique esta Publicación
Puntuación: / Votos: 0
Whatsapp Whatsapp