Diócesis de Pereira homilia
DIÓCESIS DE PEREIRA 
HOMILIA - de octubre 21 de 2016
 
 

 
El pasado viernes 21 de octubre se celebró en la Diócesis de Pereira, la Eucaristía por tres acontecimientos de gran importancia para la diócesis, la cual fue presidida por el obispo de Pereira, monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, acompañado de su obispo auxiliar y los sacerdotes de la diócesis:
 
Estos acontecimiento son:

Memoria de  Santa Laura Montoya 
Bodas Sacerdotales
Entrega del Plan Diocesano de Pastoral

 
Presentamos la homilía de Monseñor Rigoberto:
 
Diócesis de Pereira 
HOMILIA - Octubre 21 de 2016
Memoria de Santa Laura Montoya
Bodas Sacerdotales
Entrega del Plan Diocesano de Pastoral

Madre Laura
 
Es imposible sintetizar en una página la fascinante aventura humana y cristiana vivida por la Madre Laura. Solo pequeñas pinceladas pueden expresar algunas enseñanzas de las virtudes heroicas con las que el Espíritu Santo dotó a esta mujer intrépida, audaz y valiente. Empecemos por lo más simple y profundo: Ella contempló el fuego amoroso de Cristo crucificado cuando desde el trono glorioso de la Cruz dijo: "Tengo Sed". Estas palabras iluminaron la vida y la obra de nuestra Santa misionera. Saciar la sed ardiente del Crucificado fue para ella la mayor tarea de su vida y en este empeño gastó toda su existencia. Comprendió que la sed brotaba desde la intimidad más profunda de la divinidad, que es el amor eterno, creador, gratuito y misericordioso.

Pero este amor divino es como un rio de agua fresca y vivificante que a la manera del profeta brota del nuevo templo que es el Cuerpo glorioso de Cristo Resucitado y que está destinado a llegar a todos los rincones del mundo, para inundar los corazones de los hombres y mujeres con la Buena Nueva de la salvación. Y en ese instante se esclarece para la Madre Laura la tarea esencial de la Iglesia, que para todas las épocas se condensa en la palabra, "misión? porque contiene, no solo el mandato divino, sino la vida y la salvación para la humanidad entera. Con razón un día exclamó el Papa San Juan Pablo II: "¡Iglesia: Tu nombre es Misión!".

Dentro de la perspectiva de la misión, Santa Laura opta por salir a evangelizar y acompañar a los más pobres, alejados y abandonados de aquellos tiempos: Los Indígenas. A ellos se unen los pobres tradicionales de los campos y pueblos, lo mismo que los afrodescendientes. En sus reflexiones comprende a la luz del Evangelio, que la causa de los pobres es la causa de Dios y que los pobres deben ser los preferidos en toda la obra misionera de la Iglesia. Además esta señorita normalista que adquiere el título de maestra, asimila ampliamente las enseñanzas del Papa San Pío X, que en la Carta Encíclica denominada "El lamentable estado de los Indígenas", denuncia claramente la situación que viven muchos pueblos aborígenes de América Latina, llegando a niveles insoportables de morbilidad y mortalidad y peor aún, varios en vía de extinción. En el corazón maternal de la Madre Laura no solamente se desborda el ardiente deseo de buscar la salvación de sus almas, sino también la voluntad de humanizar a estas personas, pidiéndole a las autoridades legítimas, la preservación del derecho a la vida, a la tierra y a la cultura.

Todo esto lo realizó Santa Laura, desde la oración contemplativa de Cristo Crucificado, uniendo la comunidad alrededor de María Inmaculada y con la Intercesión de Santa Catalina de Siena, la valiente mujer que convenció al Santo Padre, para que regresara a Roma, la Sede de San Pedro. La Madre Laura buscó imitar las virtudes y la determinación apostólica y misionera de su Santa Patrona.

Bodas Sacerdotales

Apoyados no solo en el testimonio histórico de Santa Laura sino en su poder de intercesión, queremos expresar nuestra alegría por las bodas sacerdotales de cincuenta y veinticinco años que un grupo de presbíteros están celebrando en el gozo que conlleva el seguimiento fiel de Cristo Buen Pastor. Para ellos y para todos nosotros, queremos escuchar de nuevo en esta asamblea litúrgica las palabras de San Pablo a Timoteo: "Te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos. Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio. No te avergüences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor Jesucristo". (2Tim 1,6).

Bodas de Oro:
                           Padre Leonel Alzate Gálvez
                           Padre Fabio Arango Restrepo

Bodas de Plata:
                           Padre Ramón Alzate Alzate
                           Padre Joaquín Elías Franco Valencia
                           Padre Emiro Fajardo Ramos Melchor
                           Padre Jairo de Jesús Romero Patiño
                           Padre Darío Valencia Uribe
                           Padre Martín Gilberto Villa Montaño

No podemos perder el amor primero. Es necesario renovarlo todos los días, en cada mañana y en cada atardecer. No podemos olvidar que el amor es la imagen de Dios en nosotros. Todos estamos llamados a convertir el amor a Dios, al sacerdocio y a la Iglesia, en oración y en misión permanente para que sea real y verdaderamente cristiano. No podemos guardar los dones recibidos. Hay que hacer de ellos fuente de oración y de acción de gracias y de entrega en salida misionera. Bendecimos a Dios por la vida y ministerio de estos sacerdotes. Por su generosidad y entrega al servicio de Dios y de su pueblo dentro del corazón de la Iglesia. Bendecimos a sus familias en donde las virtudes teologales de la fe, el amor y la esperanza, han dado como fruto de eternidad el sacerdocio ministerial de estos hermanos nuestros. Para ellos y para todos nosotros imploramos de la misericordia divina, el don de la Santidad y el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas para continuar sembrando las semillas del Evangelio en los campos del mundo.


Entrega solemne del Plan Diocesano de Pastoral

F inalmente amados hermanos, hoy hacemos entrega solemne de nuestro plan diocesano de Pastoral. Han sido cinco años de oración y escucha de la Palabra de Dios y del magisterio en sus distintos niveles: universal, continental, nacional y local. Muchos hombres y mujeres amigos de Dios, servidores de la Iglesia y laicos fieles y fervientes en su compromiso evangelizador, nos han ayudado a buscar caminos adecuados para el tiempo presente y con proyecciones futuras en lo referente a hacer efectiva la totalidad de la misión de la Iglesia, en nuestra Diócesis de Pereira.

Un gran amigo de Dios que a lo largo de su vida trató de imitar a Cristo Buen Pastor, fue el Padre Alberto Bermúdez Gallego. Él como Vicario de Pastoral, nos trasmitió valiosos consejos que brotaban de su gran experiencia apostólica. Ahora desde el cielo nos acompaña con su oración, para que las redes que lanzamos en nombre del Señor, logren una pesca abundante.

Miles de planes pastorales han sido elaborados en la Iglesia. Los Concilios en sí mismos fueron grandes planes pastorales. El Concilio Vaticano II, es aún el gran plan pastoral para la Iglesia. El magisterio de todos los sucesores de Pedro, se convierte para nosotros en señales autorizadas para encontrar el norte de nuestra misión. Y la Iglesia que peregrina en América Latina y en el Caribe ha consolidado una gran tradición pastoral, con las distintas Conferencias generales del Episcopado, a partir de Río de Janeiro en 1955, hasta aquella de Aparecida en el 2007. 
Todas estas enseñanzas son señales divinas para cada momento de la vida de la Iglesia en el cumplimiento de su urgente e inaplazable misión salvífica.

Nuestro plan pastoral es una invitación clara y directa a todos los fieles de la Diócesis de Pereira para que regresemos a Nazaret, la casa y la escuela de comunión con Jesús nuestro Maestro, para que renovemos con Él y ante el pueblo de Dios, nuestra más profunda identidad en todos los estados de vida existentes en el seno de la Iglesia. Somos discípulos misioneros de Cristo resucitado y Él ha depositado en nuestras manos el mensaje salvífico, definitivo para toda la humanidad.

Este plan está construido sobre la estructura básica de nuestro sistema integral de nueva evangelización. Creemos que el proceso evangelizador que ha vivido la Diócesis en los últimos veinte años, es válido como respuesta adecuada y perfeccionada para los nuevos tiempos. El énfasis en el redescubrimiento de nuestro encuentro e identidad Con Cristo, se convierte en fuente de espiritualidad como condición básica para ser un discípulo misionero. Hemos querido retornar en forma reiterada a las dimensiones esenciales de nuestro ser. Es indiscutible que en el mundo hay confusión por la inhumanidad que ha contaminado a muchos ámbitos de la sociedad. Hoy los agujeros oscuros de la globalización, están dejando grandes multitudes al margen de los mínimos vitales. El Papa Francisco nos dice que la gente se descarta, se desecha como población sobrante. Esto es inhumano. Si descubriéramos la inmensa riqueza de nuestra condición humana, otro sería el panorama en nuestro planeta como obra de Dios y gestión positiva del hombre y la mujer. Si entendiéramos la condición común del ser cristiano, estaríamos luchando con mayor empeño y decisión por la consagración del mundo a Dios. Si llegáramos a valorar el don recibido en el sacramento del Orden y en la vida consagrada, estaríamos bordeando la nueva creación. Todo esto inspira nuestro plan pastoral.

Hemos intensificado la ministerialidad en nuestro plan pastoral, con el objetivo de acompañar con mayor frecuencia a las personas en su camino de fe. Queremos despertar un fuerte sentido comunitario desde la familia. Las pequeñas comunidades de nuestro proceso evangelizados son esenciales para la creación de espacios de fraternidad y ayuda mutua capaces de ofrecer respuestas a una sociedad donde prima el individualismo y el aislamiento. 

Sin duda el Evangelio y la espiritualidad cristiana poseen una clara vocación comunitaria y suponen una profunda fuente de inspiración, que invita al compromiso radical en la lucha por la justicia y por una mayor coherencia de vida humana y cristiana.

Amados Hermanos: el plan de la Iglesia es el Evangelio. Es el seguimiento y vivencia no solo de una doctrina, sino de una Persona; la Persona de Cristo. Nuestro plan pastoral contiene solo unas ideas que expresan nuestra identidad diocesana, con el fin de acercarnos cada vez más a nuestro Señor y Redentor. La perspectiva de los próximos diez años se irá enriqueciendo con nuevos caminos que indudablemente nos abrirá el Señor, para que con decisión, alegría y esperanza lancemos las redes en el mar agitado del mundo.

A María Santísima, Nuestra Señora de la Pobreza, encomendamos esta tarea a la vez urgente y fascinante para que la gloria de su Hijo resplandezca en el horizonte y muchos hombres y mujeres regresen a Nazaret para disfrutar de las riquezas infinitas del Reino de Dios.



+RIGOBERTO CORREDOR BERMÚDEZ

Obispo de Pereira.
    


Fecha: 24 de Octubre de 2016
Lugar: Colombia
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