Editorial
Por: Pbro. Ovidio Giraldo Velásquez
 
RENOVEMOS LAS BASES CRISTIANAS
 
Es claro y sabido que la vitalidad de la vida cristiana en un creyente o en una comunidad eclesial está directamente relacionada con la claridad y la calidad del proceso de iniciación cristiana, que consiste en la experiencia de encuentro con Jesús y la Iglesia y por eso su gran importancia en lo que será la vivencia de la fe y el seguimiento del Señor.
 
Cuando ha habido una buena iniciación cristiana, todo lo que sigue en el seguimiento de Jesús y en el estar en la Iglesia, es decir, la catequesis, la liturgia, el apostolado y el compromiso misionero, tendrán su adecuada fuerza y orientación y, por lo tanto, cada creyente y la comunidad toda podrán ir adelante en la vida y la sociedad como santos, hermanos y apóstoles.
 
De hecho, se llama Iniciación Cristiana al proceso en el que se configura el Santo + el Hermano + el Apóstol, y que corresponde al tiempo en el que la persona de fe recibe los Sacramentos de la Iniciación: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Es bien importante, entonces, tener cuidado en esta parte de la actividad pastoral.
 
La Iglesia diocesana y cada parroquia deben cuidar mucho este aspecto de la tarea pastoral, y lo pueden hacer fundamentalmente de dos maneras: 1) Organizando buenos procesos de iniciación para los que comienzan su vida de fe; y 2) organizando procesos de renovación de la iniciación para los que ya la han recibido.
 
La mayoría de nuestros fieles ya tienen los sacramentos de la iniciación, por lo tanto, se debe valorar mucho el poderles ofrecer la oportunidad de renovar la iniciación cristiana. En el SINE se usa más el término Renovación de las bases cristianas. Y esta renovación debe ofrecerse a todos en la Parroquia también por dos razones fundamentales: 1) porque algunos de ellos tuvieron una iniciación en la fe acortando pasos, y 2) porque todos tenemos el riesgo de ir perdiendo con el
tiempo el "amor primero”. O sea, Iniciación cristiana para todos: para los que apenas llegan a la fe para que la reciban adecuadamente, y para los que ya están a fin de que la renueven.
 
En el SINE, la renovación de las bases cristianas se asume en los dos primeros pasos del proceso de nueva evangelización: kerigma y koinonía. En el proceso de Kerigma se renueva el Bautismo y la Confirmación y en el de Koinonía se renueva la Eucaristía. De ahí también la importancia de organizar y acompañar muy bien estas dos dimensiones de la misión y la pastoral en la nueva evangelización. 
 
 
Fecha: 26 de Marzo de 2018
Lugar: Colombia
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